Cómo empezó todo
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Pamela y Javier se encontraron en un inesperado rincón del mundo postmoderno: una app de citas. Ambos vivían su primer encuentro de este tipo y decidieron hacerlo memorable en Deli House, una acogedora pizzería, porque todo es mejor con comida. Horas de conversación, risas y afinidades compartidas los llevaron a saber rápidamente que querían volver a verse. La conexión fue cómoda y profunda; mientras Pamela prefería avanzar a un ritmo lento y reflexivo, Javier ya estaba convencido de querer intentar una relación con ella.
Con esa chispa inicial, la relación floreció en la vida universitaria. Javier conquistó a Pamela cocinando platos preparados con dedicación. Caminaban hasta encontrarse en un punto medio entre sus universidades, haciendo que cada encuentro fuera especial y grabando las calles del centro de Concepción como escenario de su historia. Las fotos que pueden ver fueron tomadas en estos lugares que solían transitar. Las fotos en rojo muestran el mural del bar al que más han ido en casi 10 años de relación.
A lo largo de los años, crecieron juntos: de la universidad al trabajo, de vivir juntos a trabajar en distintas regiones, viajar, apoyarse en momentos difíciles y disfrutar de la vida acompañados. El apoyo mutuo en sus proyectos fue fundamental, y con ello, construyeron un sólido “nosotros”.
El resto es historia conocida



















